Porque puedo ganarme la vida haciendo lo que me realiza profesionalmente: investigando. “Trabaja en lo que te apasiona y no vas a trabajar un solo día en tu vida”, decía mi padre.
Porque me dan absoluta libertad para investigar. Cuando vimos la relación entre redes sociales y divorcio, estábamos seguros que “alguien” nos llamaría. Suena tonto, pero lo pensamos. Sabíamos que el divorcio era un tema delicado, sin embargo creímos importante estudiarlo. Y la Universidad también lo pensó así. Nos respetaron. Y eso me enorgullece, porque puedo decir que gozo de libertad de cátedra.
Porque se formó una comisión especial para que todos los trabajadores nos viéramos representados en las políticas de la Universidad. Quisieron escucharnos. Me consta que llamaron a individuos que piensan distinto. Con creencias y visiones diferentes. Hicieron un esfuerzo único para integrarnos en un lugar diverso pero que apunta a lo mismo: educar y generar conocimiento para el desarrollo de nuestro país. Porque siento que así se hace universidad.
Porque todos los días veo a gente inspirada con hambre de seguir aprendiendo, que valora al otro por lo que piensa y sabe.
Porque me permiten aplicar la máxima que se ha transmitido en mi cultura de generación en generación: “¿Quién es sabio? No el que más sabe, sino aquel que es capaz de aprender de todos los demás”.
Porque ya antes de contratarme sentí que me querían. Venía de mi primera entrevista laboral. Tremenda organización, con oficinas en un piso muy alto de la ciudad. Todo iba bien hasta que mi contraparte se dio cuenta que tenía un gorrito en la cabeza. “Muchas gracias Daniel, agradecemos tu interés”. Ahí entendí que la entrevista había terminado. El contraste fue inmediato. “Daniel, qué interesante que tengas una kipá, cuéntame por favor qué significa” me dijo mi entonces jefa apenas terminó la primera entrevista en la Facultad de Comunicaciones.
Porque en ese momento me di cuenta que mi carrera profesional en la UC había recién comenzado, y ahora, ad portas de cumplir 10 años como profesor, puedo reflexionar lo que he vivido y gritar a los cuatro vientos: “ME SIENTO ORGULLOSO DE TRABAJAR EN LA UC”.