Por Sarita Camus

El pasado 23 de mayo de 2018, los medios nacionales se conmocionaron con la historia de un niño de 8 años que dibujó un cartel de “se busca” con la descripción de su gato perdido. Con mucha ilusión el niño lo pegó en un poste de una de las calles más transitadas de su ciudad, Concepción. Un transeúnte lo fotografió y lo subió a su cuenta en Twitter para apoyar la causa (https://twitter.com/rnovabaccelli/), la que luego fue compartida por otras personas en la misma red y Facebook. La publicación, llegó a tener más de 6 mil interacciones y ha sido compartida más de 4 mil veces, según informa tvn.cl. La historia no tardó en aparecer en los medios de comunicación nacionales e internacionales, como se pudo apreciar en la nota que hizo la versión online del diario La República de Perú. Todos ellos refiriéndose a esta tierna historia que se convirtió en viral.

Pero, qué hizo que un dibujo de un gato, con su descripción, en una hoja arrancada de un cuaderno, fuera noticia y causara furor en las redes sociales. Porqué gente que no conoce al niño, menos a su gato, o no vive en Concepción compartiría la foto del aviso de búsqueda.

Las emociones gatillan la comunicación. Nos instan a compartir sentimientos, experiencias, descubrimientos. Cosas que nos hacen sentir algo dentro nuestro, nos impulsan a compartirlo para que otros sientan lo mismo. Las personas comparten más los contenidos altos en emocionalidad y con un mensaje positivo.

El tener una mascota perdida es una situación que muchos han vivido, lo que genera empatía en la audiencia. Si consideramos los recursos que usó el niño: lápiz, papel y sus palabras para describir a “Gati”, su mascota, estos inspiran en la audiencia ternura por la sencillez y simplicidad detrás de la mente de un niño de 8 años. Todos estos  elementos reflejan alta emocionalidad.

Por otro lado, la causa detrás del mensaje es noble: ayudar al niño a encontrar su mascota. Compartir una publicación, darle un simple share o retweet, se transforma en una acción muy sencilla para lo mucho que podemos ayudar. Ese es el fondo del mensaje de Rodrigo Nova, el transeúnte que se detuvo en el cartel de búsqueda, y le dio vida a esta historia.

Sabemos que el contenido es el rey. Pero el contenido no es nada sin las emociones, sin hacer sentir a nuestra audiencia algo en sus corazones que los impulse y les gatille la acción. No es necesario ser unos genios creativos, hay que tener una buena estrategia y un buen mensaje que estimule al espectador.

Con una gran cuota de ternura y emoción, este niño comenzó con un papel en un poste de Concepción y terminó en los muros de las redes sociales de más de 4 mil personas, en las pantallas de dos matinales y en la pauta de tres portales de noticias.

Éxito Agustín con la búsqueda de Gati.